El simbolismo fue un movimiento artístico y literario que surgió a finales del siglo XIX como una reacción contra el naturalismo y el positivismo predominantes en la época. Se desarrolló principalmente en Francia, pero también tuvo influencia en otros países europeos y en América.
Los simbolistas buscaban representar la realidad interior, los estados de ánimo, los sueños y las emociones subjetivas a través de símbolos y metáforas en lugar de la representación literal de la realidad externa. Creían que el arte debía trascender lo superficial y visible para comunicar verdades espirituales y universales.
Los artistas simbolistas exploraban temas como el misterio, la espiritualidad, el mito, el amor y la muerte, utilizando un lenguaje visual altamente simbólico y a menudo enigmático. Sus obras estaban imbuidas de un sentido de misticismo y sugestión, invitando al espectador a interpretar y profundizar en sus significados ocultos.
Algunos de los artistas más destacados asociados con el simbolismo incluyen a Gustave Moreau, Odilon Redon, Fernand Khnopff y Edward Burne-Jones. En la pintura, el simbolismo se caracterizó por un estilo evocativo y a menudo fantástico, con un énfasis en el color, la composición y los detalles simbólicos. En la literatura, escritores como Charles Baudelaire, Stéphane Mallarmé y Arthur Rimbaud fueron figuras prominentes del movimiento, explorando la poesía como una forma de expresión simbólica y visionaria.
En resumen, el simbolismo fue un movimiento artístico que abogaba por una forma de expresión más subjetiva y espiritual, utilizando símbolos y metáforas para transmitir significados más profundos y universales. Su influencia se extendió a través del arte, la literatura y la música, y sentó las bases para movimientos posteriores como el surrealismo y el expresionismo.